Activar a las personas influyentes para educar a los niños sobre el comportamiento en línea
Creada en 2015, Génération Numérique trabaja para educar a los niños sobre Internet: cómo funciona, cuestiones de privacidad, la realidad (o no) del contenido de las redes sociales y cómo responder a los incidentes de acoso en línea.
Recientemente, ha comenzado a trabajar con las principales personas influyentes en sus esfuerzos por ayudar a los niños a entender mejor el impacto del acoso en línea y cómo pueden desempeñar un papel en la mitigación del impacto en sus compañeros.
La organización organiza cada año unos 7.500 talleres para adolescentes y preadolescentes en colegios de toda Francia. Desde finales del año pasado, sus animadores se han unido a influencers como Just Riadh (4,4 millones de seguidores en Instagram), Zatis (950.000 seguidores en Instagram) y Vogue by Malek (46.400 seguidores en Instagram) en sesiones en las que se habla del acoso en línea.
«Los adolescentes aprendieron que los influencers experimentan lo mismo que ellos, que también han sido insultados, amenazados o acosados. Fue interesante que los adolescentes se dieran cuenta de que el hecho de que fueran influencers famosos no significaba que no fueran personas que experimentaban las mismas cosas que ellos», comenta el fundador de Génération Numérique, Cyril di Palma, que lleva unos 20 años trabajando para educar a los niños sobre Internet.
En general, el 10% de los niños son acosados, el 10% son los acosadores y el 80% son testigos de los hechos, por lo que son clave para paliar y ayudar a detener el acoso en línea. Concienciar sobre cómo funciona la ley -el comportamiento en línea no es anónimo, por lo que los acosadores pueden ser fácilmente identificados por la policía-, cómo buscar ayuda de los adultos y cómo ofrecer ayuda a las víctimas es uno de los pilares del trabajo de la asociación.
«Se trata de hacer entender a los niños que no hay diferencia entre el mundo real y el virtual. Tanto si el acoso se produce en el patio del colegio como en Internet, sigue siendo acoso. Nos centramos en el 80% para que sean conscientes de su papel. Gran parte gira en torno a la formación en empatía», comenta di Palma.
«El acoso [entre los niños] siempre ha existido, por desgracia. Lo que ha cambiado con la tecnología es que ahora perdura. No termina cuando un niño llega a casa del colegio como antes. Como es digital, es permanente, y es prácticamente 24/7, por lo que sus efectos son más violentos porque no hay respiro».
Mismo comportamiento, diferente entorno
En general, el comportamiento de los niños en Internet no ha cambiado sustancialmente en las últimas dos décadas. Buscan “Me gusta” y popularidad, participan con entusiasmo en concursos para ganar premios como iPhones, comparten sus contraseñas con sus amigos y tienen un conocimiento limitado de la configuración de privacidad y seguridad que deben aplicar a sus cuentas.
Lo que ha cambiado, dice di Palma, es el riesgo de captación por parte de sectas o grupos manipuladores y nefastos como el Estado Islámico y la edad cada vez menor de sus objetivos potenciales en línea.
En Francia, alrededor del 58% de los niños de 11 a 12 años tienen al menos una cuenta en las redes sociales, según un estudio reciente realizado por Génération Numérique entre unos 17.000 niños de 11 a 19 años. Los estudios realizados en el Reino Unido y los Estados Unidos revelan pautas similares: en los Estados Unidos, el 32% de los padres de niños de entre siete y nueve años declaran que sus hijos utilizan aplicaciones de redes sociales. En Francia, el 34% de los niños de 11 a 14 años, y el 52% de los de 15 a 18 años, se han comunicado en línea o han aceptado una solicitud de amistad de un desconocido.
Es probable que los adolescentes sigan a múltiples personas influyentes para entretenerse y formarse en temas específicos. Numerosos estudios señalan que un elevado número de adolescentes sueña con convertirse en influencers, en la creencia de que los influencers viven la «buena vida».
Di Palma dice que el problema radica en el doble impacto de que los adolescentes son naturalmente muy conscientes del cuerpo y el hecho de que aún no han desarrollado las facultades críticas para analizar lo que hay detrás de las bellas imágenes que aparecen en sus pantallas.
«Intentamos hacerles ver que la vida de ensueño de tal o cual influencer en Dubai, con su magnífico cuerpo y su magnífica piel, no es necesariamente la realidad», dice de Palma. «La realidad es que detrás de cinco minutos de bellas imágenes, hay varias horas de trabajo. El guion, el rodaje, los retoques, la grabación, etc. Es un trabajo con sus propias reglas y códigos estéticos. No estamos ahí para juzgar. En cambio, proporcionamos información sobre cuál es la realidad».
El apoyo de Kolsquare
Cada taller escolar realizado por Génération Numérique cuesta 520 euros y llega a unos 180 niños. Para ayudarlos a ampliar su labor, Kolsquare ha donado el 1% de sus ventas de 2021 a Génération Numérique y ha proporcionado a la asociación acceso gratuito a su plataforma de marketing de influencia.
El fundador y director general de Kolsquare, Quentin Bordage, afirma que la asociación se alinea con la creencia de la empresa de que, más allá de ayudar a las empresas a crecer, el marketing de influencia es una poderosa herramienta que puede, y debe, utilizarse para impulsar un cambio social positivo.
«Sabemos que las redes sociales pueden ser una fuerza increíble para el bien en el mundo, pero tampoco hay que subestimar su capacidad para influir en la salud mental de los niños», comenta Bordage. «Parte de nuestra misión en Kolsquare es formar, inspirar y empoderar a los futuros agentes de cambio del mundo; apoyar a Génération Numérique para educar a los niños sobre el funcionamiento interno de Internet y las redes sociales es un primer paso hacia ese objetivo».
Por su parte, el trabajo de di Palma es continuo. La asociación busca activamente asociarse con más personas influyentes para ayudar a transmitir su mensaje a los niños. También tiene asociaciones con grandes plataformas como Instagram, YouTube y TikTok, pero sigue siendo crítica con sus intentos de hacer las plataformas más seguras para los usuarios más jóvenes.
«Un niño de 10 años no va a decir que tiene 13 años cuando crea una cuenta de TikTok, sino que va a falsificarla por completo para decir que tiene 20 años, para que el algoritmo piense que son adultos. Estos son los niños que están bajo el radar», lamenta di Palma.
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